ENTREDOS

Entredos1 La zona de la Cuesta del Rosario en Sevilla y en concreto la parte de la Plaza de la Pescadería, tiene varios locales interesantes. Los Palillos (Reseñado aquí), The  Room Art Cuisine y otros hacen de la zona, un sitio por el que pasear y probar varios gastrobares de los más recientes en la ciudad, así como otros más históricos. Entredos, es uno de esos más nuevos y junto con The Room, era uno de los que teníamos pendientes de visitar. He aquí nuestra reseña.

Entredos2 Entredos3 Entredos4 Entredos5Emplazado, como comentábamos antes, en la Plaza de la Pescadería, (en la zona de la Cuesta del Rosario y La Alfalfa) concretamente en la calle Huelva, 24, nos encontramos este gastrobar de reciente apertura (2013).

Lo primero que sorprende es su decoración moderna, amplia y luminosa y su espacio a doble altura, con mesas altas en la planta baja y mesas bajas en la planta alta. Algo que es de muy agradecer comparado con otros angostos gastrobares que ni con muebles de Philippe Starck se salvan.

Sí que es verdad que la decoración bebe un poco de todo. Un logotipo hipster, salvamanteles con forma de vinilo, cuadros inspirados en películas y carteles clásicos en el baño. Se hace quizá algo raro, pero bueno, no está mal.

Respecto a la carta, cumple con la norma de los gastrobares, pero si es cierto que todo respira un cierto aire latinoamericano, ya que su chef (uno de los socios) es de Ecuador. La carta es escueta y variada, así que muy bien por esa parte. Tiene un poco de todo con los esenciales de este tipo de locales: ensaladilla, tartar, hamburguesa, etc. y otros platos más exóticos: ceviche, ensalada heisenberg, pollo al curry…

Nosotros nos decantamos por la ensaladilla (llamadnos pesados), el timbal de calabacín, canelón de berenjena, el tartar y la hamburguesa. La verdad es que sin estar nada especialmente notable, todo estaba bueno y en platos generosos. Así que muy bien.

Pero sin duda, la sorpresa fue el tema de la hamburguesa. Esperábamos una hamburguesa al uso, pero nos comentaron que se servía sin pan por tema de celíacos o algo así, sin embarlo en la carta ponía que venía con pan de semillas. Aún así nos arriesgamos, ya que en La Bulla la misma idea nos gustó. Pero este caso no era el mismo que el de La Bulla. Parecía más que se les había acabado el pan que otra cosa. Es como un serranito sin pan, no tiene gracia. Además de que la presentación del plato no era muy convincente, tenía un par de derrapes de salsa y 5 patatas gajo. La carne estaba buena, pero en general era un plato con poca gracia.

En cuanto al servicio, no nos podemos quejar. Fue bastante educado, profesional y todo iba a buen ritmo. También es verdad que eramos la única mesa, por lo que habría que ver el servicio en acción con el local on fire.

Por lo demás, es un sitio con ciertos detalles intersantes como algunos nombres de los platos (Lannister, Heisenberg), la decoración y la carta con toques latinos pero que en general tiene poca cohesión en cuanto a concepto. Por lo tanto es un sitio que no está mal, pero tampoco está bien del todo.

En cuanto a precio, en la línea de los gastrobares (10-15 euros por persona). Quizá algo a la baja, por ello podemos decir que la relación calidad-precio es buena.

En general, es un local que tiene puntos muy buenos, pero que quizá no destaque especialmente por la creatividad de su cocina o el intenso sabor de sus platos.

 

 

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